¿Leonel
fichó su propio 25 de noviembre de 1960?
Raúl Pérez
Peña (Bacho)
República Dominicana vivió el 25 de noviembre de 1960 su peor tragedia política, cuando Trujillo
ordenó ejecutar el asesinato de las hermanas Mirabal y Rufino de la Cruz.
La conmoción marcó un antes y después
para la tiranía.
Ese 25 de noviembre, el Trujillato
aceleró su cuenta regresiva, iniciada el 14 de junio de 1959, por Constanza,
Maimón y Estero Hondo.
Este martirologio lo ignoran los
señoritos “estratégicos” que sirvieron a Leonel Fernández para el show en el
“Metrico”.
Los más adultos del mismo show saben
que aquel 25 de noviembre mataron a las hermanas Mirabal. Pero les importa un
pito.
Leonel Fernández sabe bien que el 25
de noviembre marcó la el derrumbe del trujillato. Ahora sabrá que fichó la
precipitación hacia el colapso de su turbulento travesía por la vida política
dominicana.
Deben entenderlo los “estratégicos” y
sus tutores empresarios de riquezas contaminadas en muchos casos por un poder
contaminante. No todos los empresarios posan en la misma acera. Muchos asisten
también con Hipólito y cualquier otro personaje.
Respecto
los señoritos “estratégicos”, no todos son harina del mismo costal (dije costal
no coastal). Como no son todos los que están, para los pocos o muchos que
estén, es muy grave la responsabilidad que cargan con los paleros del
“Metrico”.
Salvo
las muertes de Orlando Martínez, Narciso González, Guido Gil y otros
periodistas, los atropellos a la prensa perpetrados por los paleros de la OTAN
morada no tienen precedentes en las últimas décadas. Los tutores de los
señoritos “estragéticos” deben hablarles de “los paleros de Balá”: banda
criminal que ejecutaba brutales atropellos en plenas calles similares a los que
esta vez protegían a Leonel Fernández.
Un
aparataje dirigía las bandas y las agresiones. Las imágenes que recorren el
mundo vinculan a Fernández con los acontecimientos. Particularmente la golpiza
de varios hombres a una mujer solitaria, pero con dignidad heroica.
Aunque
golpearon y robaron, los paleros del “Metrico” no impidieron la señal de que le
llegó su cuarto de hora a Leonel: equivalente a lo que significó el 25 de
noviembre (1960) para Trujillo. Bajo complicidad policial y de AMET, aquello
fue “terreno de nadie”: grave responsabilidad que Danilo no puede eludir.
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